domingo, 2 de marzo de 2008

THE FINAL CUT de PINK FLOYD

Ángel de la Riva. Un buen amigo quiso regalarme un disco de Phil Collins, que por aquel entonces (Junio 1985) sonaba mucho, el “No Jacket Required”. Se plantó en la tienda y ya se sabe: Phil Collins, Phil Floyd, Pink Collins... Pink Floyd. Fue así, como por error, que llegó a mi poder The Final Cut, uno de los discos más impresionantes y que más ha alimentado mi amor por el Rock. (Gracias Tito, nunca te estaré suficientemente agradecido!).

Este disco lo considero el gran olvidado de la discografía de Pink Floyd, sólo valorado por los muy fans del grupo y, para mí, su obra maestra absoluta. Tuvo el difícil papelón de salir a la luz después de The Wall y, en gran parte, con material sobrante de este trabajo. Haciendo honor a su nombre, supuso realmente el final de Pink Floyd y, al mismo tiempo, de alguna manera, el primer disco en solitario de Roger Waters.

Me explico. No sabemos cómo se las ingenió Rogers para componer, grabar y arreglar todas las canciones a su gusto, sin dejar que Gilmour y Mason pudieran decidir nada. Hasta tal punto que en los créditos se puede leer:
The Final Cut.
A Requiem for the Postwar Dream by Roger Waters.
Performed by Pink Floyd”.
Ahí queda eso. Waters y unos músicos de estudio llamados Pink Floyd!. Las peleas durante la grabación fueron sonadas y al finalizar se separaron. Gilmour y Waters llegan a tocar por separado para no coincidir en el estudio. Se prodigan poco los solos de Gilmour pero los pocos que hay son rabiosos y te erizan la piel.
En este disco echamos en falta al multi-instrumentista Mick Wright, expulsado del grupo durante la grabación de The Wall. Pero cuentan nada más que con Michael Kamen, compositor de famosas bandas sonoras y director de orquestra (el mismo que en el S&M de Metallica hizo sonar a la San Francisco Symphony Orchestra más heavy que los mismos Metallica con los que tocaban en directo).
Es quizá el disco más conceptual de PF y eso es decir mucho. Opera Rock en estado puro. Un único tema recurrente en todas las canciones, la guerra. El disco está dedicado al padre de Waters muerto en la 2ª GM. Con especial crítica a la Guerra de las Malvinas y a la política de Margaret Thatcher. “What have we done. Maggie, what have we done to England…” Es el típico disco que te va enganchando cada vez que lo escuchas y si te atrapa hará que lo tengas contigo siempre. Es como una película buena sobre la 2ª GM. Consigue que te metas tanto dentro de las canciones que te ves sobresaltado con los efectos sonoros: disparos, gritos de soldados, pasos, coches, aviones, bombas… Todo muy efectista. Además grabado en Holophonic Sound System (sistema especialmente diseñado para oir con auriculares: NO DEJÉIS DE HACERLO, es toda una experiencia. Te acojonas, esperas que en cualquier momento te asalten por detrás y te crujan a tiros). Y que decir de los textos, las letras te llevan a la trinchera, a una despedida en el puerto…: “There´s a kid who has a big hallucination, making love with girls in magazines”.
Del disco no salió ningún single exitoso y tampoco subió mucho en los charts. Pero aún así se vendió mucho. Creo que es algo tan personal lo que creó Waters que no hizo falta promoción, ni charts, ni giras. Nunca llegó a tocarse en directo. Este disco te abre puertas al lado más teatral del Rock: intimo, oscuro, obsesivo y sobrecogedor. En tres palabras: La Puta Caña.

Ayer nada más terminar de escribir este artículo, recibí la gratísima noticia que el próximo 9 de Mayo en el Campo de Fútbol de Atarfe (Granada) Roger Waters presentará su espectáculo The Dark Side of the Moon. Un concierto de casi tres horas de duración durante las cuales tocará los grandes éxitos de The Wall, Wish You Were Here, Animals y The Final Cut. Y después tocará íntegro el Dark Side of the Moon. Único concierto en España. Tardarán una semana en acondicionar el estadio para el concierto: sonido cuadrafónico, mega-escenario, luces…y por supuesto, cerdos voladores! No tengo palabras, pero sí las entradas.

3 comentarios:

Nacho Rockdríguez dijo...

Ángel, ¿Podrías decir algo sobre la sensación de oirlo en vinilo o en cd?

Angel de la Riva dijo...

Tronco, que te digo?. Escucharlo en vinilo con el crujir de la aguja en el surco es emocionalmente más romántico y me lleva directo a mi cuarto en 1985. Pero escucharlo en CD con auriculares buenos, es demoledor y te lleva a muchos más sitios.

laladea dijo...

Creo que difiero contigo en algo: En el 1985, era demoledor como lo oías en tu cuarto y se oía en toda la casa... Ahora seguro que se oye de una forma más "romantica" en el CD. Los tiempos cambian y las sensaciones también. Debe ser la edad... Me encanta leerte.