
Especialmente, quizás porque me gusta tanto Uno de los Nuestros como el Born to Run de Springsteen, en Martin Scorsese espero siempre ese tema que puede sonar en cualquier minuto de casi cualquiera de sus películas. Este carácter de Pinchadiscos le da un punto clave a sus películas, como también a las de Tarantino o las de algunos de los arriba mencionados.
No Direction Home me acercó a Dylan de la misma forma que The Last Waltz me acercó a The Band. La Ley de la Calle, Toro Salveje, Casino, Infiltrados, Taxi Driver, y otras muchas que comparten, de algún modo, ese espíritu rockero de su generación.
Cierto es que el nuevo Shine a Light no está contentando a todo el mundo. En En Estéreo, el fundamental y muy recomendable Blog de Dario Manrique, que ya la ha visto, se la califica directamente de obra menor. Está claro que no será como el documental de Dylan, es un concierto, y quizás tampoco un The Last Waltz, pero qué queréis que os diga, Scorsese por los ojos y los Stones por las orejas me sigue pareciendo un planazo.
Personaje simpático y carismático, mil veces homenajeado por sus compañeros de profesión, maltratado por la academia, Martín, tío, eres un mito, un artesano, un gourmet. Eres Dylan y Keith Richards. Simplemente, el Tío Martin.
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