domingo, 2 de marzo de 2008

MEMORIAS DE UN ESPANTAPÁJAROS: Track-By-Track

Por primera vez, voy a hacer un ejercicio crítico, desmenuzando uno a uno los temas de Memorias de un Espantapájaros, el soberbio nuevo álbum de M-Clan.
Son las primeras escuchas, cuando aún no has terminado de interiorizar las canciones, ni de vincular los mensajes con momentos particulares de tu vida. Probablemente, nada que ver con lo que escribiría dentro de unas semanas. Por ello, me gustaría que cualquiera que haya oído el disco dejara sus comentarios y puntos de vista personales.
En líneas generales, el disco suena increíble. No creo que sea la consagración de los murcianos, grupo de sobra consolidado desde hace varios trabajos, pero sí abre una nueva vía, sobre todo a los textos, de esta BANDA (escribir banda con mayúsculas pretende significar precisamente eso: sonido propio, compacto y reconocible), Rara Avis en el panorama nacional.

Pasos de Equilibrista: Los M siempre han dedicado alguna canción en sus discos a la profesión, al vértigo de vivir cara al público. Me siento un fakir del Rock and Roll, cantando canciones al dolor y a La Niebla. Captatio Benevolentiae, Rock confesional, alegre, honesto y ¡con Sintetizador!

Amor Universal: Letra típica de Tarque (Souvenirs, Llamando a la tierra). Luna de Miel Sideral. Ante un mundo que no le satisface, viaje galáctico.

Roto por Dentro: Single de adelanto, una preciosa, sincera y sentida balada, perfecta para engancharse al disco. Destacan la guitarra slide de Raya y, sobre todo, la línea de Hammond del Boli. Seguro que no tardarás en canturrear el estribillo.

Las Calles están Ardiendo: Una de las canciones más demoledoras del disco, con una letra tan desoladora como acojonante. Guitarras trémulas crean un ambiente sonoro marcado por una intensa batería. Más incomprensión del artista ante el mundo circundante.

Inmigrante: Hoy soy aquí un extranjero más, un inmigrante del desaliento. Más desazón resuelta en balada. Imágenes de cuando uno no se reconoce dentro de su piel, de cuando no ve la luz al final del túnel. Antes de cerrar, un pasaje de batería marcial, vientos y un solo de guitarra slide dan una pincelada de color.

El Viaje: Más Rock con Sintetizador a cargo de Miguel Ángel Marín. Dos estructuras musicales se suceden y contraponen. ¿El viaje interior, la importancia de conocerse a uno mismo, la necesidad de cambio, experiencias con las drogas? No sé de que coño habla, pero el caso es que habla. Éste es un viaje eléctrico, un RockAndTrip :)

Balada del Desarraigado: Balada acústica, de raices americanas. Una canción pequeña y amable, con el mensaje más positivo de todo el disco: No voy a llorar, Prefiero sonreir.

Espantapájaros: Más confesión y autocita. No quiero volver a ser un espantapájaros perdido en la ciudad. Otro estribillo 10 y una preciosa letra de esdrújula cadencia sobre el éxodo urbano. Beatus ille…

Las Palabras que me Dijiste: ¿Qué queda de todas aquellas promesas cuando se esfuma el amor? Viaje a las raices americanas, cadencia tejana y unos vientos de color hispano que rompen la canción al final.

Corazón de Bronce: Rock Crudo e Intenso. Letra nuevamente catastrófica. Con perdón de las magníficas guitarras, la percusión toma el mando, entre la batería de Oti y las congas del gran, gran, gran Toni Jurado (Algecira’s Beat).

Canción de Invierno: Preciosos piano de Luís Prado, Slide de Raya y trabajos vocales para soportar más desamor. Despedida y cierre.
Aquí concluye mi visión de un disco que está dando (y dará) mucho que hablar. Todo apunta a que será una de las referencias del Rock Español de los próximos años, junto con Avería y Redención #7 de Quique González y algún otro. A pesar de todo, yo echo en falta un poco de la frivolité de discos anteriores.

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