miércoles, 14 de mayo de 2008

THAT´S LIFE


14 de Mayo de 2008. Se cumplen diez años de la muerte de Frank Sinatra. En todos los medios se hacen eco de la noticia, repasan su trayectoria, hablan de sus conquistas, de sus amigos, de sus conexiones con la mafia, en fin, de todos los tópicos de los que se echa mano para hablar de la voz (siempre exceptuando el tratamiento riguroso de EfeEme).

14 de Mayo de 1998. Yo era un poco más joven. Estaría en COU o algo así y conocía los tópicos, pero no a Francis Albert. Pero recuerdo que estaba en Sevilla de excursión cuando me enteré de su muerte. Y es que en el fondo sabía quién era Sinatra, sabía que se trataba de un personaje histórico.

Sería algunos años después, cuando descubrí el Jazz, el Blues y, sobre todo, el sonido de las Big Bands, cuando empecé a escuchar a Sinatra más en serio. Pronto se convirtió en un referente para mí y en la banda sonora, atención, de cuando me ducho, me afeito y me visto cuando tengo algo importante que hacer o que necesite un aporte extra de elegancia. Un modelo de hombre y de conducta, incluso las poco recomendables.

Porque Frank para mi es, más que nada, la imagen misma de la elegancia (que ahora viaja en ambulancia). También de la amistad y, por supuesto, del hedonismo como filosofía de vida. Es cierto que al principio odiaba el Rock, aunque después se haría amigo de muchas de sus estrellas, pero cómo vamos a reprocharselo. A su manera, Sinatra también fue un Rockero.


Por supuesto, mi chica y yo, como todas las parejas elegantes, también tenemos nuestra canción de Sinatra, nuestro himno particular, nuestro I've Got You Under My Skin.


(La foto que acompaña éste artículo no está para recordar sus baches. Es el póster que cuelga de la trastienda del Bada Bing en los Soprano. Sinatra, Springsteen y los Soprano, el espíritu de Nueva Jersey, algo más que la vecina pobre de Nueva York).

1 comentario:

La Cristi dijo...

I´ve got youuu, under my skin...!!