sábado, 30 de agosto de 2008

CRÓNICA DEL CONCIERTO DE EXTREMODURO EN MÁLAGA


Mucho público anoche en el Auditorio de Málaga para asistir al concierto de Extremoduro. Mucho público, muy cómplice, muy animado y muy emocionado de volver a ver al Robe y a los suyos cantar temas que han marcado la adolescencia de más de uno de los que había por allí. Buen rollo y grandes dosis de alcohol por cabeza inundaron el recinto en una noche muy divertida.

Los culpables de todo, los Extremoduro, sonaron super potentes, cargados de rabia rockera, sobre todo en los duelos de guitarra entre Roberto Iniesta e Iñaki Antón. Presentaban La Ley Innata, el nuevo disco que tendría que haber salido en mayo y que, según informa Efe Eme, estará a la venta por fin el próximo 9 de septiembre. Excepto Dulce Introducción al Caos, que ya es un clasico más de su repertorio, el resto de las canciones nuevas resultaron demasiado largas y desconocidas para animar el ambiente. Fueron los momentos más light del concierto, que arrancó con Deltoya.

Tras ésta, tema tras tema demostraron porqué son la banda más carismática del Rock Español. Golfa, Pepe Botika, Tu Corazón, Jesucrito García, Sucede, Sol de Invierno, La Vereda de la Puerte de Atrás, So Payaso, A Fuego, Ama y Ensancha el Alma, Decidí, Quemando tus Recuerdos, Puta, Stand By, Buscando una Luna, Salir y algúna que otra, no precisamente en ese orden.
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Por lo demás, noche de reencuentros con amigos, viejos rockeros, que llevaba tiempo sin ver, encima y debajo del escenario. Media familia mía por allí, gente del Botavara, el Conciábulo Majara en pleno, compañeros del colegio, de la facultad, de la vida y otros, de origen incierto. For Those About To Rock (We Salute You!).

viernes, 22 de agosto de 2008

La Bendita Locura de Brian Wilson


Acabo de terminar de leer 'Bendita Locura', (Ed. Milenio, Lérida, 2001) la tormentosa epopeya de Brian Wilson y los Beach Boys, una extensa obra en la que José Ángel González Balsa se aproxima a la biografía del genio, de los que le rodearon y, cómo no, a la fundación del mito de California, del que los Beach Boys fueron una pieza clave.

La importancia histórica de la banda californiana, tantas veces puesta en entredicho, queda perfectamente explicada en estas páginas, sin necesidad de sobredimensionarla. Cierto es que los Beach Boys llevan 40 años en los escenarios sin ofrecer nada nuevo y cada vez son más retrógrados y horteras, pero es emocionante ver cómo el apasionado Brian vivía en un mundo de notas, ritmos y arreglos (interesantísimos son los pasajes que hablan de la devoción insana y la rivalidad infantiloide que sentía Brian hacia Phil Spector y los Beatles).

La historia de Brian es una historia difícil, una biografía repleta de sinsabores y de personajes que se acercaron al mito para exprimirlo. Su padre, su primo, su psiquiatra, sus camellos y otros personajes deprimieron al 'Oido de Dios' hasta sumirlo en una profunda abulía que nos ha impedido disfrutar de un legado que podría haber cambiado la historia de la música (más de lo que ya, de hecho, la ha cambiado).

El libro es una ardua labor de investigación y documentación por parte de su autor, recomendabilísimo para cualquier aficionado a la historia de la música. Por sus páginas desfilan, además, el mito de California, el hippismo, la psicodelia, Charles Manson, Ed Roth y más de cuarenta años de cambios que la banda pasó de protagonizar a ver pasar. De lo mejor escrito en castellano sobre Rock.

Ese mes, además, hay dos lanzamientos curiosos. El primero, el esperadísimo nuevo disco de Brian, That Lucky Old Sun. El segundo, la reedición de Orange Crate Art, la reunión de Brian en 1995 con Van Dike Parks, el letrista del disco fantasma Smile, concebido en 1967 y finalmente editado en 2004. Ah, y el fundamental Ocean Pacific Blue, de Dennis Wilson, que fue reeditado en Junio en una edición de lujo con mogollón de temas ineditos.

lunes, 4 de agosto de 2008

CRÓNICA DEL CONCIERTO DE TEQUILA! EN ALBOLOTE, GRANADA


La noche del viernes 1 de Agosto, en Albolote, Granada, tuvo lugar el único concierto que los Tequila! darán en la mitad sur de la península durante esta mediática gira de reunión.

Aforo: 300/400 personas.

Ya quisiéramos en Málaga acoger muchos de los conciertazos que celebran algunos modestos ayuntamientos de las afueras de Granada, es cierto, pero (Aida, no te enfades) la falta de espacios y, sobre todo, la falta de promoción (ni un sólo cartel del concierto frente a docenas de Darek, que estuvo haciendo yo-no-sé-qué el día antes) hacen que una de las actuaciones más esperadas del año parezca una orquesta verbenera.

Sin hacer más leña sobre la organización, a la que, en definitiva, hay que agradecer el esfuerzo, la vuelta de Tequila! a los escenarios ha sido un regreso muy positivo. Reducidos a dúo, se esfuerzan en dar shows divertidos, con versiones algo más lentas de sus temas clásicos pero con guitarras endurecidas que encuentran el punto maduro que Alejo Stivelberg y Ariel Rottemberg querían dar a su retorno. No resultan tan raras pues canciones tan teen como 'Me Voy de Casa' o 'Mira esa Chica' cantadas por unos largo-cuarentones en sus nuevas versiones.

Imagina una canción de Tequila. La cantaron. Noche de grandes canciones recordadas y celebradas por un público escaso pero entregado. Sin muchas sorpresas, el concierto empezó con 'Rock en la Plaza del Pueblo' y acabó con 'Salta'. El repertorio se ha 'arielizado', acercándose al sonido de los discos en solitario del guitarrista. De hecho, cada canción alberga un hueco para lucimiento de su ágil mano y no se resitió a interpretar la irresistible suite 'Confesiones de un Comedor de Pizza'.

'Matrícula de Honor' 'Me Vuelvo Loco', 'Necesito un Trago' 'Mira Esa Chica', 'El Barco', 'Que el Tiempo No te Cambie', 'Las Cosas que Pasan Hoy', 'Nena', 'Dime que me Quieres', 'Ya Soy Mayor', 'Quiero Besarte', 'Mr. Jones', 'Sábado a la Noche'... creo que no olvido ninguna.

Todo un placer encontrarse con unos Tequila! tan en forma y tan bien acompañados, aunque, claro, se hace imposible no acordarse del pobre Julián.


P:d.: Se rumorea que unos treintañeros malagueños, bastante gamberros y borrachuzos, levantaron el ánimo entre el público. Un tal Mortimer, un tal Eduardo, una tal Ropper...
El Rafa y yo tranquilitos, que había que conducir a casa.