Hoy tengo el honor de contar en mi blog con una colaboración muy buscada y querida por mi, la de mi primo Rafa, sin duda, uno de mis más fieles compañeros de la vida. Ha hecho un gran trabajo con este análisis de un disco que, si no es Disco del Mes en RockAndTrip es porque Extremo se ha salido del todo.
Ah, la foto de la portada, una vez más, se la he tenido que mangar a los amigos de Efe Eme.
Por Rafa González. El pasado 16 de septiembre se estrenó el nuevo trabajo de Revólver, 21 gramos, el cual, como por otra parte era de esperar, no ha dejado indiferente a nadie. Si entras en el foro de su página web encontrarás opiniones diversas: desde gente que le ha encantado hasta otra a la que no le gusta nada el nuevo rumbo que parece estar tomando Carlos Goñi. A mí me cuesta mucho ser parcial en este tema, pues Revólver es un grupo que me gusta desde que soy un adolescente y he ido creciendo junto a él. Es verdad que este nuevo trabajo es distinto, quizá menos rockero y buscando nuevos estilos, especialmente sonidos que están a caballo entre la frontera de Méjico y Estados Unidos, pero contiene grandes temas que escalan a la parte alta de su extenso repertorio.
El disco comienza con Tiempo pequeño, tema que se ha escogido como single inaugural. A pesar de que “tiene algún verso que chirría”, como diría mi primo Nacho, padre de esta maravillosa criatura que es Rock&Trip, es un bonito homenaje a los celos bien entendidos.
La segunda pista es Clarisa, una clara muestra de la madurez de Carlos y de la metamorfosis que están sufriendo tanto su música como sus letras, que se van tornando un poco más tristes y nostálgicas.
La tercera canción, Y pasa el tiempo, es posiblemente la que mejor mantiene el espíritu Revólver de todas y la que, en mi opinión, debería haberse escogido como primer single.
El cuarto tema es Hay besos. Una bella distinción entre los besos que se dan por costumbre, los que se dan amor o los que se roban por el mismo motivo.
La quinta pista es Todos somos capitanes cuya letra, según ha dicho el propio Carlos en alguna entrevista, es una de las mejores que ha escrito. La música es, junto a la de Y pasa el tiempo, la más alegre del disco.
La sexta canción, El canal, recuerda a Eldorado, por su letra y no por su música, mitad autobiográfica mitad creación del autor, en la que se refleja el ansia de un niño que quiere alzar las alas para volar a otra parte.
El séptimo tema es Cuando todo va bien, que tiene un poco del estilo antiguo y un poco del nuevo y que permite escuchar algunos acordes de esas privilegiadas manos para la guitarra.
La octava pista es 21 gramos, que da nombre al disco. Veintiún gramos es lo que el Doctor en Medicina Duncan MacDougal tasó en 1907 como el peso del alma. Y esta obra de arte tiene su peso en oro.
La novena canción, No me hace falta más, es muy especial porque es un guiño al pasado que llega hasta los orígenes de Revólver, incluso al grupo al que Carlos Goñi perteneció previamente, Comité Cisne.
El décimo tema es A contratiempo, que a mí es el que menos me llama, excesivamente cargado de melancolía y desidia para mi gusto.
El disco finaliza con Carreteras secundarias, un nuevo ejemplo de la etapa por la que está pasando el autor, a mitad de camino entre la juventud y la vejez.
La segunda pista es Clarisa, una clara muestra de la madurez de Carlos y de la metamorfosis que están sufriendo tanto su música como sus letras, que se van tornando un poco más tristes y nostálgicas.
La tercera canción, Y pasa el tiempo, es posiblemente la que mejor mantiene el espíritu Revólver de todas y la que, en mi opinión, debería haberse escogido como primer single.
El cuarto tema es Hay besos. Una bella distinción entre los besos que se dan por costumbre, los que se dan amor o los que se roban por el mismo motivo.
La quinta pista es Todos somos capitanes cuya letra, según ha dicho el propio Carlos en alguna entrevista, es una de las mejores que ha escrito. La música es, junto a la de Y pasa el tiempo, la más alegre del disco.
La sexta canción, El canal, recuerda a Eldorado, por su letra y no por su música, mitad autobiográfica mitad creación del autor, en la que se refleja el ansia de un niño que quiere alzar las alas para volar a otra parte.
El séptimo tema es Cuando todo va bien, que tiene un poco del estilo antiguo y un poco del nuevo y que permite escuchar algunos acordes de esas privilegiadas manos para la guitarra.
La octava pista es 21 gramos, que da nombre al disco. Veintiún gramos es lo que el Doctor en Medicina Duncan MacDougal tasó en 1907 como el peso del alma. Y esta obra de arte tiene su peso en oro.
La novena canción, No me hace falta más, es muy especial porque es un guiño al pasado que llega hasta los orígenes de Revólver, incluso al grupo al que Carlos Goñi perteneció previamente, Comité Cisne.
El décimo tema es A contratiempo, que a mí es el que menos me llama, excesivamente cargado de melancolía y desidia para mi gusto.
El disco finaliza con Carreteras secundarias, un nuevo ejemplo de la etapa por la que está pasando el autor, a mitad de camino entre la juventud y la vejez.
A quien no haya comprado el disco todavía y tenga la intención de hacerlo, decirle que hay algunos sitios en los que junto al CD se ofrece otro extra con tres temas: Tiempo pequeño (como primer single de promoción), Sol de invierno y Santa María, estos dos últimos inéditos, en lo que ha sido una maniobra bastante torpe por parte de la discográfica que se ha ganado un comprensible aluvión de críticas, sin ir más lejos la mía propia. Y para colmo de males, el libreto encima viene mal. En fin, un desastre de edición.
El caso es que son dos canciones que podían haber entrado perfectamente a formar parte de este nuevo trabajo de Revólver, en el cual Carlos Goñi, aparte de la letra y la música, ha hecho casi de todo: ha tocado la inmensa mayoría de los instrumentos y ha confeccionado buena parte de los arreglos.
Para concluir señalar que, si bien anteriores proyectos no me terminaron de convencer al principio y me fueron gustando más a medida que los iba escuchando, en esta ocasión me ha sonado bien desde el primer momento. No es lo mejor que ha hecho, pero tampoco lo peor. A mí personalmente el disco más flojo de toda la trayectoria de Revólver es Sur, pero cada uno tiene sus gustos. Todas las opiniones son respetables, y esta es sólo una más.
El caso es que son dos canciones que podían haber entrado perfectamente a formar parte de este nuevo trabajo de Revólver, en el cual Carlos Goñi, aparte de la letra y la música, ha hecho casi de todo: ha tocado la inmensa mayoría de los instrumentos y ha confeccionado buena parte de los arreglos.
Para concluir señalar que, si bien anteriores proyectos no me terminaron de convencer al principio y me fueron gustando más a medida que los iba escuchando, en esta ocasión me ha sonado bien desde el primer momento. No es lo mejor que ha hecho, pero tampoco lo peor. A mí personalmente el disco más flojo de toda la trayectoria de Revólver es Sur, pero cada uno tiene sus gustos. Todas las opiniones son respetables, y esta es sólo una más.
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