Por Ángel de la Riva. Hacía tiempo q no escribía por aquí. Me alegra estar de vuelta para “vetustearos” un poco más aún si puede ser. (Que pesao!). Ya estaba bien de oír a los VM en mi iPod a todas horas y en todos sitios. Ahora tocaba vivirlos en directo. Lo intenté en Sevilla pero me quedé sin entradas y en Granada hemos estado a punto. Agotan entradas en prácticamente todos los shows de esta gira. Con mis entradas, con mi Sandra (que me las aguanta todas) y un magnífico grupo de amigos nos presentamos ante una larguísima cola en la sala El Tren de Granada. Fuimos con las expectativas muy muy altas y, como siempre, con muchas ganas de divertirnos, que al final es de lo que va todo el rollo éste de la música.
Sala a reventar, me dá que vendieron más entradas de lo que el aforo permitía o aconsejaba. Un telonero, Jean Paul, granaíno, cruce de Leonard Cohen con
Se fue el amigo Jean Paul y me encontré ante un escenario escondido tras un telón cerrado y gris. ¿Cubrirán mis expectativas? ¿Y las de mi gente, en parte embaucados por mi vetusta pesadez? Empezaron los acordes de Autocrítica detrás del telón gris aún sin levantar, y ya supe que iba a ser una gran noche. Mi corazón no cabía en mi pecho, yo no cabía entre tanta gente. Todos cantaban. Tienen un directo muy honesto y enérgico. En las primeras cuatro canciones no se salieron del guión, respetaron hasta el orden del disco. Pero luego se fuero
n soltando y cada canción cobraba su propia vida (pero sin exagerar a la original). Cayeron todas las del Un Día en el Mundo. Mención especial a la potencia y fuerza de
Por echar de menos algo (por fastidiar, vamos!) me faltó Los que saben y la presencia de un par de buenos amigos que no pudieron venir y hubieran disfrutado del espectáculo. Fue un show intenso, se vaciaron en cada canción. Cuando terminaron nadie pidió bises y todos nos fuimos satisfechos. Como sentenció un muy buen amigo: “Muchacho, si esta gente no la caga, van a ser muy grandes!!”. Que así sea.